Ejercicios para la reequilibración estática y dinámica, y para la mejora de la coordinación en casos de patologías del equilibrio, cualquiera que sea su etiología.
Consideraciones del tratamiento en piscina:
Duración. El tratamiento en piscina tendrá una duración variable, entre 10 y 30 min, según el estado general del paciente. Es conveniente iniciarlo con 10-15 min e ir aumentando el tiempo gradualmente, según la tolerancia.
La temperatura del agua será variable, según la patología tratada:
Cuando se tratan pacientes reumáticos, las temperaturas más adecuadas son 36-38 °C, ya que combinan, tanto los efectos térmicos como mecánicos del ejercicio en agua caliente: relajación del paciente; disminución del dolor y el espasmo muscular; aumento de la circulación; mantenimiento o incremento de la movilidad articular; reeducación muscular, con desarrollo de su potencia y resistencia; entrenamiento precoz para la marcha, con disminución de la carga articular y muscular, y mejoría del estado psicológico y emocional.
En pacientes neurológicos, la temperatura del agua de la piscina será de 34-37 °C (por su efecto antiálgico y miorrelajante), cuando se traten miopatías, secuelas de poliomielitis, mielomeningocele o polirradiculoneuritis.
Cuando se utilice en lesionados medulares para entrenamiento al esfuerzo, la temperatura será de 28-30 °C. Por último, será de 10-15 °C (para reducir la espasticidad), cuando se utilice en pacientes con esclerosis en placas.
En pacientes postraumáticos o tras cirugía ortopédica, para facilitación neuromuscular propioceptiva y para reeducación de la marcha, la temperatura termoneutra (34-36 °C) será la más adecuada.
En las piscinas de natación, debido al mayor trabajo muscular que se realiza, la temperatura media será de 28-30 °C.
Precauciones. La hidroterapia debe considerarse como un tratamiento no exento de riesgos y su prescripción queda reservada al médico.
Es preciso tener presente el aumento de demanda del sistema cardiovascular y respiratorio que se produce con el tratamiento en la piscina. También la temperatura corporal aumenta, lo que exige una mayor demanda de disipación de calor.
Por esto, la insuficiencia coronaria y cardíaca y la hipertensión arterial constituyen las clásicas contraindicaciones de la hidrocinesiterapia.
Los accidentes cardiovasculares son excepcionales, si se respetan las contraindicaciones y se observa una progresión prudente, tanto en los ejercicios como en la duración del tratamiento. Debido a esto, la terapia en piscina nunca excederá los 15-20 min en pacientes ancianos, hipertensos o con afecciones cardiopulmonares.
Es preciso una supervisión constante de los pacientes antes, durante y después del tratamiento.
Como las caídas son relativamente frecuentes, siempre es necesaria la presencia de personal y material adecuado, para atender las posibles complicaciones que puedan surgir.
La inmersión simultánea y prolongada de varios pacientes en agua caliente puede favorecer la contaminación del agua y la transmisión de enfermedades infecciosas. Las más frecuentes son: micosis cutáneas, verrugas plantares por papilomavirus, sinusitis y otitis bacterianas o víricas, conjuntivitis y parasitosis digestivas.
Para disminuir el riesgo infeccioso, la higiene corporal del paciente antes y después del tratamiento ha de ser rigurosa.
Se contraindicará la piscina colectiva a los pacientes incontinentes o con heridas abiertas o supurantes, en cuyo caso se utilizará tanque individual.
La limpieza, desinfección y control bacteriológico regular de las instalaciones han de ser estrictos.
Es preciso tener extrema precaución con los pacientes VIH positivos y con hepatitis B o C.
Debido al incremento de la demanda por parte de la población, actualmente la mayoría de los gimnasios incluyen en sus instalaciones bañeras de hidromasaje y jacuzzis. Uno de los mayores problemas que presentan, debido al abuso y falta de control higiénico, es la infección por Pseudomona aeruginosa, que causa foliculitis.
Las elevadas temperaturas y la mala higiene, tanto de los baños como de los pacientes, son las responsables del riesgo infeccioso
Indicaciones de la hidrocinesiterapia. Las indicaciones son múltiples y se basan en los efectos fisiológicos de la hidrocinesiterapia. Las indicaciones más frecuentes de la terapia en piscina son:
Traumatología y ortopedia: fracturas e intervenciones de cirugía ortopédica, sobre todo de hombro, raquis y miembros inferiores. Esguinces. Desgarros musculares y lesiones tendinosas. Politraumatizados. Distrofias del crecimiento: escoliosis, cifosis y epifisitis.
Reumatología: lesiones articulares degenerativas periféricas y raquídeas. Enfermedades reumáticas inflamatorias: artritis reumatoide, espondilitis anquilosante, lupus eritematoso sistémico. Espondiloartropatías, polimiositis, esclerosis sistémica progresiva. Reumatismos paraarticulares: fibromialgia y tendinitis.
Neurología: afecciones periféricas: poliomielitis, polirradiculoneuritis, mononeuritis. Lesiones centrales: medulares, cerebrales. Esclerosis múltiple. Miopatías. Cardiología y neumología: programas de entrenamiento al esfuerzo posinfarto. Asma y bronquitis crónica. Insuficiencia venosa (con temperatura ligeramente inferior a la termoneutra).
Otras: medicina deportiva. Preparación al parto. Utilizada como relajación.
Contraindicaciones de la hidrocinesiterapia. La selección adecuada de los pacientes para hidrocinesiterapia en piscina es muy importante. Las contraindicaciones serán siempre relativas, según las características de cada paciente y las instalaciones disponibles. Esto quiere decir que un paciente incontinente o con una herida abierta no podrá tratarse en piscina colectiva, pero sí en tanque individual; o que en un paciente con insuficiencia respiratoria, sino es muy grave, el ejercicio en el agua puede incluso ser utilizado como una técnica de reeducación; o que el cáncer no es una contraindicación absoluta para la inmersión en piscina.
La principal contraindicación la constituye el riesgo de contaminación del agua. En todos los casos habrá que hacer un balance de las ventajas y riesgos. En general, se contraindicará la hidrocinesiterapia en piscina colectiva en cualquier situación en la que la exposición al agua caliente o el ejercicio estén contraindicados, especialmente en:
- Presencia de heridas abiertas o supurantes.
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Procesos infecciosos o inflamatorios agudos: respiratorios y otorrinolaringo-lógicos, oculares, hepatitis, gastroenteritis, parasitosis intestinales.
- Hipertensión arterial mal controlada.
- Alteraciones cardíacas o pulmonares graves en períodos no estables (especialmente con capacidad vital menor de 1 500 ml).
- Insuficiencias orgánicas graves o en períodos de descompensación.
- Mal estado general, enfermos terminales.
- Pacientes con terror al agua y pacientes psicóticos o con desorientación.
- Epilepsia mal controlada.
- Diabetes grave y mal controlada.
- Tuberculosis.
Escrito
en marzo 5, 2016